








*MINIBIO
Constanza Natalini nació en Aluminé, provincia de Neuquén, hace 27 años. Estudió arquitectura y de forma paralela se formó como artista audiovisual, en varias disciplinas artísticas. Tomó cursos y talleres de fotografía y filosofía de la imagen; laboratorios y clínicas de arte (video, performance e instalaciones).
IG: @costinatalini
Naturaleza virgen. Árboles milenarios. Parques nacionales. Y también la luz y sus secretos, sus sombras, las formas en las que se proyecta o se atenúa. Los cuerpos, la arquitectura, incluso la escalada deportiva. Toda la inmensidad de la Patagonia y de su ciudad natal, Aluminé, en la provincia de Neuquén, se incorporan a la obra de Constanza Natalini. El paisaje se mezcla con toda su formación, se amalgama con sus intereses, sus obsesiones, compone sus imágenes.
Es que Constanza, a sus 27 años, estudió arquitectura, se formó como artista audiovisual, en varias disciplinas artísticas, tomó cursos y talleres de fotografía y filosofía de la imagen; también laboratorios y clínicas de arte (video, performance e instalaciones). Ese es su marco y su fondo, lo que la impulsa y lo que le da forma a las imágenes que compone.
Instalada en Aluminé, donde sigue en constante formación en relación a las imágenes y al cuerpo como herramientas de trabajo, la artista indaga en otros soportes audiovisuales que puedan aportar y enriquecer su proceso creativo.
“A la hora de crear me inspiro mucho observar la luz natural o encontrarme en ambientes donde la luz que entra es muy reducida, direccionada y puntual, cómo llega a los objetos y qué me muestra de ellos. También paso muchas horas del día en Instagram, donde consumo mucha fotografía y arte contemporáneo, siempre en relación a lo que me interesa que tiene que ver con la luz y la sombra, la articulación de las formas y los cuerpos en el espacio, el paisaje y su estructura”, dice Constanza sobre aquello que la obsesiona y le da forma a sus imágenes.
“Últimamente estoy indagando en el mundo de la performance, el tiempo y los cuerpos en movimiento, por lo tanto me tuve que mover de mi zona de confort -que siempre fue la fotografía desde el autorretrato- al registro por medio de videos y delegando tareas. También explorando texturas sonoras para crear ambientaciones o experiencias multisensoriales”, agrega.
Las formas de la Patagonia en esa región que habita son parte fundamental de lo que se ve en su obra. “El lugar de donde vengo y donde actualmente estoy es muy muy importante para mi, ya que se trata de una zona con mucha naturaleza virgen y árboles milenarios particulares, parques nacionales y reservas. Full Patagonia. De hecho, mi trabajo y mi búsqueda partieron del registro del paisaje, sin intervención. Luego, con el paso del tiempo pude encontrar la forma de hacer convivir al paisaje, la arquitectura, la luz y los cuerpos en mis trabajos. Lo potente de las imágenes que capturo creo que se encuentra en la inmensidad de los paisajes en los que me sumerjo. Si bien, siguiendo esta línea, podría decir que éstos paisajes se convierten en «más», en mis trabajos busco la manera de llevarlos al mínimo. Siempre, menos es más”, dice. Ahí están sus creaciones, en medio de montañas imponentes, de cielos majestuosos, de cuerpos que funden con la nieve blanca, luminosa, de sombras que se proyectan amenazantes, para dar testimonio de ella y su lugar.