EL COMIENZO
El recuerdo de mi primer encuentro con Gustavo Zbrun es un poco borroso y los años se confunden entre tantas reuniones y proyectos. Yo había terminado el secundario y habíamos arreglado irnos a vivir a La Plata con Marcos, su hermano. Hasta ese momento prácticamente no había tenido contacto más que algún cruce en el club Bancario (ahora Española) porque su familia y la mía iban todos los días de verano, con Marcos jugando a la play y escuchando sus casetes de ACDC o NIRVANA en un cuartito pequeño de su casa en Lisandro de la Torre. Años más tarde, 2006 / 2008, inmerso en la escena indie rock de La Plata y Buenos Aires, empecé a hacer entrevistas y contenido para “Leche”, una revista que hacía en su productora, que ya tenía unos meses publicándose y distribuyendo en Roca y Neuquén, siendo la cultura el eje principal de los temas.
Fuimos la generación que aportó el color a una tirada de revistas “pocket” en blanco y negro y que el contenido, si bien siempre abordaba temas culturales, dejo de ser propiamente de la zona valletana y empezó a incorporar cosas de Capital y alrededores. Gran momento para hacerlo ya que coincidió con el germen de una generación de artistas que luego fueron punta de lanza de la música INDIE, de la autogestión e independencia y nosotros estábamos ahí, casi sin querer, en el medio de ese caldo de cultivo que volcamos en las páginas de la revista, que ahora se distribuía en los recitales de La Plata, a la salida de los teatros, en Capital en las fiestas de antros hermosos.
LOS AÑOS MARAVILLOSOS
Luego de eso empezó una carrera casi ininterrumpida de proyectos con base en Roca donde Gusti siempre fue el capitán de ese barco de emociones que nos generaba armar giras y producciones. La gira de la Buena Leche vol. 1, dos festivales gigantes y sin precedentes en la zona como ROCK AL RIO 1 y 2. Todo pintaba bien, nos habíamos hermanado con otros festivales de la patagonia y se empezó a gestar el “Corredor Patagónico”, como lo tituló en su momento Página 12, donde bandas podían realizar giras de verano por el interior del país, como alguna vez lo hicieron las bandas de los 70 y 80 por la costa argentina.
Tal era la movida que llegamos al punto dónde colaboramos con la revista Rolling Stone para la nota de tapa en una entrevista On the Road con El Mató a un Policía Motorizado en su viaje a nuestro festival, una crónica íntima y detallada de la experiencia de la banda a través del periodista Juan Morris quien se maravilló con nuestro escenario a la orilla del río, teníamos todo lo que los grandes festivales no pueden ofrecer.
Luego vino el C.C. Distrito que planificó y armó junto a Marcos, esos galpones embrujados y enormes donde por tres años tuvimos una cantidad de shows mágicos y convirtió a la ciudad en una parada obligada en la agenda de las giras, (hicimos pogo con Sara Hebe, nos quedamos sin cerveza con la Delio Valdez, tomamos leche del rider de Louta, comimos pollo con Paco y Ca7riel, charlamos mucho con Rosario Bléfari y bailamos cumbia con Los reyes del Falsete), otros shows terribles que ni quiero recordar y muchas anécdotas. Todos querían venir, tanto las bandas como el público patagónico, porque si algo tenía Distrito era su hospitalidad donde se convivía en familia y salían shows increíbles.
Fotografias: 1, 3 y 4. Gusti, 2. Arian Valentin, 5 y 6. Nicole Alurralde.
PANDEMIA Y A COBRAR
Desarmar escenario y cerrar una etapa. Gusti se fue a vivir a un lugar retirado y nadie más supo de él. Bueno, no fue tan así, pero vamos a darle un poco de poesía a la cuestión. Porque si es cierto que, los que lo conocemos, nos dábamos cuenta que había perdido las ganas de hacer cosas en un lugar donde nos ponían tantas trabas para producir y donde muchas veces, el público mismo no acompañaba.
Pero un día volvió a hacerse presente en el ámbito cultural, nada más y nada menos que con un libro. “Corten Tickets” se llamó y puso luz sobre un tema del que nadie hablaba y todos veíamos y sentíamos. ¿Por qué no hay una escena consolidada en un lugar donde siempre se jactó y con buenos argumentos, de tener excelentes músicos y una universidad de arte que nucleaba artistas de varios puntos del país año tras año?.
Ahora y con el empuje de esta publicación también se abrió un nuevo canal de difusión. Una página web donde baja data útil para toda persona vinculada a las producciones musicales de la zona.
Gusti sigue igual que cuando lo conocí, flaco, alto, mismo corte de pelo (más canoso) y siempre haciendo un chiste, siempre buscando la risa como estrategia para llevar adelante cosas serias.
Así crecí, entre reuniones donde empezamos soñando algo, hacíamos bromas al respecto, planificamos y lo terminamos llevando adelante… o no. Hoy, en esta edición de CUAD, a quienes agradezco que una vez más me den el espacio para entrevistar a alguien que admiro, salen un par de preguntas para hacerle de este “viaje” que quizás él no sabe, pero sin quererlo, marcó los años más felices de mi vida, los relacionados a la producción cultural sin egos ni delirios de grandeza, con un profesionalismo inmejorable pero siempre chill, siempre un mate, un ping pong…. y con la bandera de la independencia como faro.
1) ¿Cuándo decidiste ponerte a escribir un libro como este?, ¿Por qué?.
Durante la pandemia recibí varios llamados para sumarme a campañas y cartas abiertas que lloraban a gritos para que los gobiernos repartan plata en la cultura, era todo demasiado bizarro, de golpe te encontrabas con un Secretario repartiendo plata en negro equivalente a dos paquetes de yerba, espacios culturales sacándosefotos con intendentes para pagar el gas, otros compitiendo en concursos para ver quién merecía ayuda y quién no, todos declarándose esenciales al mismo tiempo, todos en emergencia, cobraban chirolas por hacer videitos estúpidos, algunos hasta se arrastraron a solicitar un salario básico por no hacer nada, todo de una manera muy explícita donde nos querían meter a todos en una misma bolsa, hasta que un boludo incluyó mi nombre en uno de esos comunicados, ahí me calenté.
Quizás este fue el punto de partida, el libro plantea que la pandemia puso en evidencia lo que venimos soportando durante décadas, no sólo en el ámbito cultural sino en toda la esfera gubernamental. Mientras nos fundíamos y perdíamos nuestros espacios, (hoy irrecuperables) los dueños de lo público y sus aplaudidores tuvieron el descaro de vendernos que la salida era colectiva, que de esta salíamos entre todos y mejores.
Hoy, con los datos que aporta el libro, podemos decir que no sólo no fue colectiva, sino que además, lo primero que hicieron fue salvarse ellos, con guita y recursos que precisamente no era de ellos.
Si tiramos del hilo de lo que livianamente ellos llaman Industria Cultural, en la zona nos encontramos con que todo está prendido a las arcas públicas, y esto no es casualidad. Han posicionado a la cultura como un sector pobre que todo el tiempo está demandando asistencia y así llevaron a que el Estado se transformara en el amo supremo de la cultura, el cual jamás sostuvo ni sostendrá proyectos que atenten contra su status, entonces, ¿qué tipo de industria cultural es esa que nos quieren vender?. No entendieron eso de… si le das más poder al poder.
2) Una de las cosas que más me llamó la atención es que haces todo el libro vos. De la impresora, cortar, pegar. ¿Por qué tomaste esta decisión y no quizás ir a una imprenta?.
La introducción de Corten Tickets justamente habla de eso, destaca la importancia de medir cada palabra escrita, reflejando el costo económico de producir un libro y las dificultades que presenta emprender proyectos independientes. Quiera o no, el libro sale a ocupar un espacio donde lo que predomina son las publicaciones culturales con cientos de libros bancados por instituciones públicas, donde se repite hasta el hartazgo que la cultura es intangible y no necesariamente debe responder a un mercado, por eso necesitan justificar con decenas de intelectuales que alguien garpe todo, porque según ellos, son inviables. De ahí la idea de producir un libro totalmente autogestionado, rebelde y ofensivo desde el contenido, cuidado y desprolijo desde el diseño, hasta su propia página web que es una piña.
Por otro lado, estar durante todo el proceso de producción es una satisfacción que sólo la escena independiente te brinda, no depender de nada ni de nadie. Algo que el libro se encarga de principio a fin, demostrar que no hay que estar sujeto a terceros para producir, mucho menos de instituciones o funcionarios que administran guita que no es de ellos y que sólo la destinan a proyectos que respondan a sus intereses, a su forma de pensar.
3) Recuerdo que antes de que el libro se materialice, nos juntamos en mi casa y hablamos del contenido del libro y me decías que tenías algunas dudas de cómo iba a ser recibido. ¿Estas dudas siguen? ¿Se disiparon? ¿Te sorprendió el rebote que tuvo?
Más que algunas dudas te diría que estaba lleno de dudas. Sabemos que indagar en la escena cultural es complejo, más aún si lo que se busca es abordar a la actividad como un motor productivo, de desarrollo y trabajo. Sin dudas es una tarea demasiado sensible y nuestra zona es una de las más reticentes en permitirse ser analizada desde este punto de vista sin que alguien salga a llorar. Hoy nos encontramos con toda una comunidad artística que reclama a gritos que no se cambie nada, que no se toque nada, porque a la cultura que se adjudican ser no se la debe cuestionar, para ellos hay que dejar todo como está por más que los datos indiquen lo pésimo que funciona todo. En este contexto salir con Corten Tickets sosteniendo que la cultura es rebelde por naturaleza y que nunca debe ser sumisa ante ningún gobierno es algo que irrita a muchos.
Por eso trataba de no pensar mucho en su impacto, hoy veo a muchos con ganas de hablar y de sacarse de adentro cosas contenidas, todos sabemos que cuestionar al modelo cultural instalado es exponerse a ser blanco fácil de un sector que intenta refutar y hasta despreciar tu opinión con muletillas y frases armadas por más datos que aportes. Que el libro esté fomentando el diálogo y que sirva de apoyo para quienes se animan a opinar sus ideas es sumamente positivo, también ha generado silencios que dicen mucho, esa tranquilidad de apagar por un rato la radio que metía ruido era necesaria.
Sabemos que indagar en la escena cultural es complejo, más aún si lo que se busca es abordar a la actividad como un motor productivo, de desarrollo y trabajo.
Gustavo Zbrun, productor
4) ¿Cuándo decidiste que ibas a dedicar gran parte de tu vida a la producción de espectáculos o la gestión cultural?.
Creo que nunca entendí ese rótulo de Gestor Cultural, me da como a intermediario, gente que está entre medio de algo haciendo papeles con el único fin de bajar guita de un programa, honestamente tengo esa imagen, quizás sea porque me harté de escucharlos hablar y nunca invertir de su bolsillo, y de esos personajes tenemos a patadas, en mi paso por la función pública he conocido a varios que hablan como si fuesen candidatos a algo todo el tiempo.
Si te puedo decir que me motiva producir contenidos en cualquiera de sus formatos que generen una experiencia positiva en el público. Recuerdo que a mis 19 en una grabación de un videoclip decidí que mis proyectos serían en torno a trabajar con bandas, me parecía un formato mucho más libre que respetar un guión publicitario o trabajar siempre en proyectos de otros. Creo que una vez lo hablamos cuando hacíamos la revista, decíamos que necesitábamos que la revista suene, y fuimos por ahí.
Me motiva producir contenidos en cualquiera de sus formatos que generen una experiencia positiva en el público.
Gustavo Zbrun, productor
5) De todos tus emprendimientos en el sector ¿Cuál recordas con mayor cariño y cual te gustaría no haberlo encarado?.
Nunca sentí apego por ninguno, si algo aprendemos de la producción independiente es a dejar ir a los proyectos. Claro que uno puede seguir exprimiendo un producto que es rentable, pero si ya no genera motivación es tiempo de pasar a otro. Lo primero que recuerdo es la planificación, su producción y lo que generó en el público, si fue viable o inviable lo tengo que buscar en el excel, quizás sea una debilidad, pero eso es lo que me sucede.
Recién hablabas del pogo con Sara y lo primero que recuerdo es el cagazo de SúperFran, nuestro stage, cuando ella se tira al público con el micrófono en la mano, para el segundo show un año después, él sabía en qué tema se iba a tirar y hasta preparó la puesta de luces para ese momento. Lo que no recuerdo es si ganamos, perdimos o salimos hechos en esos shows, hoy eso no importa.
6) Desde el final de Rock al Rio (2017) ¿Por qué no vemos festivales de esas características en la zona, habiendo tanta materia prima de músicos y trabajadores de la cultura?.
Este es uno de los tantos interrogantes que aborda el libro cuyo resultado pone en evidencia la inexistencia de una industria cultural que sea generadora de empleo y desarrollo, tanto para artistas como para oficios conexos a la producción de espectáculos. Una ciudad puede tener cientos o miles de artistas pero no significa que constituyan una industria en sí, sino muy por el contrario.
Este contexto es producto de varios factores, una salida fácil podría decirse que es porque no somos una plaza rentable para la producción, pero si hablamos de festivales, los datos arrojan que en la zona tenemos más de 25 fiestas nacionales y más de 70 provinciales al año, entonces festivales hay exceso, la pregunta es cómo posicionar un festival en una agenda sobre saturada de eventos “gratuitos”, cómo competir contra un rival que no funde ni pone su capital a riesgo. Esto sin dudas ha generado un costumbrismo en el público que no siente la necesidad de pagar por un consumo cultural y ésta es la principal amenaza a cualquier iniciativa. Por eso el libro es también un llamado a la acción hacia la audiencia, “sin gente no eres nada” cita un entrevistado, donde plantea que si no invertimos en generar nuevos públicos, difícilmente podamos desarrollar eventos donde el público pague consciente lo que realmente vale un show.
Una ciudad puede tener cientos o miles de artistas pero no significa que constituyan una industria en sí, sino muy por el contrario.
Una ciudad puede tener cientos o miles de artistas pero no significa que constituyan una industria en sí.
Gustavo Zbrun, productor
7) El libro llegó a ser parte de la currícula del IUPA. ¿Vas a dar clases? ¿Qué te gustaría aportar desde ese lugar?.
No me veo como docente, tuve la suerte de contar con profesores que siendo estudiante los consideraba modelos a seguir, salían de sus trabajos y venían a darnos clases, sonidistas, directores, guionistas o productores, con algunos logre trabajar de asistente y me enseñaron el oficio de pura vocación, esa fue mi verdadera escuela y les debo todo. Siento que esa figura me queda grande.
El academicismo en estos últimos años se ha convertido más en clases de sociedad y estado que en carreras profesionales. Han instalado una noción donde el arte y la cultura deben estar bajo la bandera ideológica de algo, como un colectivo que para producir necesita de políticas que le garpen todo y que ante una carencia corren a refugiarse bajo su ala.
Lo que intento aportar cuando doy charlas es que ya es hora de que los estudiantes vuelvan a tener referentes artísticos, hoy los moviliza una figura política del partido que sea o un influencer que baja línea más que una obra, cuando anteriormente era exactamente al revés, y fue el combustible para una generación donde surgieron bandas y movimientos increíbles.
8) Del libro se desprende algo que me parece super interesante que exista, de esas cosas que decimos “ojalá la hubiéramos tenido nosotros”. Hablo del sitio cortentickets.com.ar ¿Qué fue lo que te impulsó a hacer este tipo de publicación?.
La web es un producto derivado del libro y apunta a brindar herramientas para quienes estén por iniciar el camino de la producción independiente. Algo que realmente nos hubiera encantado tener a nosotros para hacer el camino menos empinado. Es también una vía de escape a lo crítico del libro, todo bien con ser realista y analítico, pero quedarse sólo en eso me parece más de lo mismo, criticar por criticar es fácil, lo importante es qué proponemos con lo que estamos planteando, y el libro contiene un Manifiesto de 12 pasos que es sumamente motivador para generar cambios en la audiencia.
Saliendo de lo desalentador que puede ser el contexto, soy muy optimista en cuanto al futuro de la escena independiente, la cual siempre se abrió camino contra todo pronóstico, se sobrepuso a Cromagnon y revolucionó la escena nacional, mirá si no va a poder con tres pelagatos.
Soy muy optimista en cuanto al futuro de la escena independiente, la cual siempre se abrió camino contra todo pronóstico.
Gustavo Zbrun, productor
9) ¿Tenés pensado seguir escribiendo? ¿Un vol. 2 de CT?
Por el momento el libro está envejeciendo muy bien, eso me da tranquilidad, más si lo comparo con otros libros culturales que en su prólogo hablan del Alberto moderado y feministo, que fácil es pegarle hoy.
Creo que el contenido tiene paño todavía, siento que necesita un update pero lo tengo que dejar ir, como todo proyecto y pasar a otra cosa. Sigo escribiendo material para la web y a pesar que es muy de nicho es un complemento que funciona, por lo menos es la devolución que me llega.
Me gustaría un Corten Tickets 2, pero con fotos y reseñas de shows, con diseños de entradas y afiches despegables, muchos souvenirs y que todo esto que venimos hablando sea una etapa terminada, que haya triunfado la música en vivo, con más escenarios, más bandas independientes girando y sacudiendo un semillero nuevo, emergente, con ganas de salir a patear todo. Ese sería un lindo vol. 2, pero esta vez paguemos imprenta.
10) ¿Vas a volver a producir?
Me la paso pensando en producir, pero es difícil encontrar hacer algo nuevo, no me dan ganas de volver a invertir en algo que ya hicimos, en ese sentido creo que ya dimos todo. Por ahora, a modo personal sigo colaborando en proyectos donde veo
que puedo aportar algo que sume y continúo produciendo contenidos para la página web en contacto con gente ligada a la producción.
Si algo enseña la escena independiente es aprender a convivir con la incertidumbre, en este caso, la de no saber cuándo enfrentaremos un nuevo desafío.
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