El escenario es un lugar de peligro
Entrevista a Salvador Amore
El escenario es un lugar de peligro
Entrevista a Salvador Amore

Salvador Amore es actor, director, docente e investigador. Destaca el gran desarrollo de la actividad teatral en el país y la importancia de que se avance en el rigor estético y técnico.

“Sobre Dirección Teatral es una buena catapulta que me lanza a ir a ver qué pasa en esos lugares del país”. Salvador Amore es literal. Desde que publicó su libro meses atrás se dedicó a visitar distintos puntos del país con un objetivo: apuesta que el material sea una herramienta en medio de un boom en la actividad teatral. 

“La característica que es común es que hay unas ganas de crear muy importante, hay mucha gestación, manifestación expresiva, la gente que quiere verse, es la mirada que se choca con la mirada. No es lo mismo que mirarse a través del streaming. La necesidad de una presencia frente al otro, hay mucha libertad sin demasiado rigor ni estético ni técnico”, describió el actor y director, que dicta clases desde 1983 y dirigió más de 40 espectáculos en Argentina y el exterior. Actualmente es docente en ETBA (Escuela de Teatro de Buenos Aires) junto al maestro Raúl Serrano.

“El teatro se puede hacer de muchas maneras, solo que no se puede hacer de cualquier manera”.

Salvador Amore / Actor, director y docente

El libro de Amore tiene intenciones pedagógicas. Realiza un abordaje sobre la tarea de un Director de escena. Su interés lo conduce al campo de la investigación teatral con experiencias, datos y relaciones en un programa de intercambios por países de Europa, Asia, Medio Oriente y norte de África.

“En el país hay alrededor de 45.000 y 50.000 agentes de teatro, actores, asistentes iluminadores, directores, es decir, gente que hace teatro. En la Asociación Argentina de Actores, una entidad que fue creada para atender problemáticas laborales, tiene afiliados 5.000 personas, de las cuales 2000 serán activas. Lo que quiero significar es que aunque no estén registrados, hay muchísimas personas haciendo teatro en el país”, referenció. 
Para Amore hablar de la crisis económica es referirse al último factor de desestabilización. “La crisis es operativa en lo cultural, porque cuando uno dice cultura cree que estás hablando del arte o los recitales. Y no. La cultura de un país tiene que ver con las costumbres, entre otras cosas. Qué necesidades se plantea y qué forma de resolver esas necesidades, que hacen aparecer las falsas necesidades y reconocer cuáles son las auténticas. En eso sí incide el arte. El arte teatral es maravilloso para eso, porque es un reflejo automático. Cuando dicen que el teatro está en crisis, claro, si la sociedad está en crisis. Es natural que sea así”, explicó

Aunque suene pretencioso, el teatro en su manifestación en cierto grado educa el gusto. “Produce una estética, de esa estética deriva una ética, una manera de aceptar o no una cantidad de valores. Parece que es un entretenimiento que debería solamente provocar una distracción, un divertimento. El tema es con qué uno se puede divertir”, enfatizó. 

Para el director “hay una cantidad de elementos que hacen al placer estético”. Esa falta de rigor, asegura, se refleja no sólo en la elección de las temáticas a abordar, sino en la manera de tratarlas. “No es solamente subvencionar con dinero sino con asistencia técnica, el tener una política cultural determinada. Ese rigor que se tiene que auto infringir, instalar en el agente cultural, el hombre de teatro, un cierto rigor para alcanzar lo que realmente quiere transformar o transmitir. Es un lugar de peligro el escenario. Se puede ayudar muchísimo, se puede cambiar”. 

“Hay que aprovechar esta oleada para establecer con un poco más de rigor una producción artística que ennoblezca y no decepcione”, apuntó Amore. “Que opere sobre el espectador porque es una oportunidad maravillosa de mejorar muchas cosas. No porque tengamos que decirle desde el teatro qué tiene que hacer, sino simplemente contagiarle un poco de inspiración. No hay cosa mejor que la gente salga del teatro inspirada. Una persona inspirada se enamora, crea, trabaja con otra vitalidad, otra proyección, eso se logra cuando alguien se sienta en una sala de teatro y desde arriba del escenario le hacemos olvidar el apuro que tiene”, agregó. 

Junto a la avidez del espectador por consumir se ubica también la necesidad de placer estético y para eso se necesita un cierto rigor. “A veces el rigor no se da porque no se conocen las herramientas para producir eso. No siempre hay responsabilidad, a veces hay desconocimiento. O un conocimiento oblicuo de la cosa”. 

Salvador Amore

— Actor, director y docente

*MINIBIO

Salvador Amore se autodefine como “sexalecente”, es maestro de actores y director teatral, hace más de 30 años. Su formación más reciente fue un Master of Arts in Acting realizado en la Universidad de Arte de Bucarest Rumania (I.A.T.C). Ha vivido en Europa y actualmente reside en Buenos Aires. Tiene dos hijas con quiénes comparten proyectos de cine y teatro además de algunas vicisitudes de la vida. Pero no todas.

Redes sociales: ig y FB @salvadoramore – mail: salvador.amore@gmail.com

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