Lorraine Green: observar para des-cubrir
Por María José Melendo
Lorraine Green: observar para des-cubrir
Por María José Melendo

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“’Ir directo al hecho interesante’, ‘exacerbar la cuestión esencial’ en cada parcela del mundo que se observa. Eso es lo que había que hacer ante el esplendor y el caos del mundo: enmarcar en él, aislar en él para mejor observarlo como por dentro cada fenómeno fecundo. Y para ello era preciso asimismo tomar lápiz, pluma y pincel y llenar libretas y hojas de dibujo”

GEORGES DIDI HUBERMAN

Desde hace ya unos años anoto en una libreta nombres de artistas que me interesan, sea por el tema que desarrollan en su obra o por la poética con la que deciden trabajarlo; podría llamarlo “diario íntimo de artistas”.

El nombre “Lorraine Green” fue escrito ahí hace mucho. Recuerdo la primera vez que supe de ella al acceder a un proyecto suyo que me encantó. Era 2008; Alejandra y Fernanda Hernández, mentoras de Estudio 13, espacio autogestivo para la formación, producción y experimentación de artistas emergentes de Río Negro y Neuquén, me habían convocado como jurado para un programa de artes que se llamaba Entrecampos Regional, organizado por la Oficina Cultural de la Embajada de España y la Fundación Estudio 13. Fue dictado por Patricia Hakim y Justo Pastor Mellado. Teníamos que seleccionar un cupo entre quienes aplicaron a la convocatoria y allí me encontré con la obra de Lorraine sobre la flora de la estepa patagónica, proyecto de largo aliento cuyo disparador, según me relató la propia artista, fue un viaje que hizo cuando tenía 21 años por regiones más al sur de Bariloche; creó un herbario con las flores que despertaron en ella la curiosidad por saber más sobre la vida vegetal del territorio,  interés que reflejó en la ilustración botánica. Me contó que en el origen de ese interés estaba la pasión que su abuelo -que hacía observación de aves- le trasmitió por la atención hacia lo natural. Volvió de aquel viaje con ganas de saber más de las flores que había registrado y advirtió que en aquellos años no encontró información. Contactó a Marcela Ferreyra, bióloga que investigaba la flora de alta montaña.

Apuntes sobre la estepa patagónica (2001-2012) es un proyecto de relevamiento florístico, herbario e ilustración botánica mediante dibujo y pintura en acuarelas que reunió en edición bilingüe (español e inglés) 250 especies. Este libro es resultado del registro de la flora de la estepa patagónica que Lorraine comenzó en 2005 junto a la botánica Marcela Ferreyra en el que durante varios veranos (desde septiembre a febrero) caminaron kilómetros por la estepa, tomaron notas de las taxonomías de las plantas y Lorraine boceteó las fisonomías de las flores mientras que Marcela se ocupó de la elaboración de los textos científicos sobre las especies. Para concretarlo debieron esperar el tiempo específico de cada una de las flores, llegar a los lugares donde habitaban cargando hielo en botellas para conservarlas frescas desde el momento en el que las recolectaban hasta llegar al estudio de la artista dado que no utilizaron fotos y era preciso que las flores no perdieran su aspecto original ni su color.

Observar la intemperie, registrar a través del dibujo y la acuarela fueron acciones comprometidas en el proyecto por el que la conocí pero estos verbos están presentes en toda su obra. Hace unas semanas me contacté con ella. Charlamos varias horas virtualmente por meet. Aquí van algunas reflexiones sobre su obra que se tejen con la conversación que tuvimos aquella mañana de mayo.

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Me cuenta que a los 18 años se fue a vivir a Buenos Aires donde estudió Bellas Artes en la Prilidiano Pueyrredón y agrega: “Siempre cuento el mismo cuento. Yo estaba para estudiar Biología o Artes, cualquiera de las dos me venía bien; le pedí a mi tía que me anote en la UBA en biología y a mi hermana que vivía en Buenos Aires que me anote en la de Bellas Artes. Mi hermana me anotó y mi tía no así que estudié Artes. Pero siempre en mi vida combiné las dos cosas. Creo que lo que tenés que hacer igual va a suceder”. Recuerda esos años de formación en una ciudad con una escala tan distinta a la de Bariloche que produjo una especie de shock; fue una etapa de mucho descubrimiento. Al finalizar sus estudios regresó a Bariloche donde vive desde entonces.

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“¿Qué es el arte para mí? Una manera de conocer el mundo. Yo conozco el mundo a través del arte (…) Nunca se trata sólo de una imagen, siempre hay una historia detrás del paisaje”.

En la charla menciona dos artistas que “siempre tiene en la mesita de luz”: el inglés Richard Long (1945) y el japonés On Kawara (1932-2014)

Desde hace medio siglo, Long hace del caminar su poética y ha recorrido los más diversos paisajes, atravesando cordilleras y ciénagas o siguiendo el curso de arroyos en Inglaterra, Escocia, Alaska, Bolivia, Nepal o España. Siempre opta por la simplicidad de medios y por cuidar la naturaleza. 

En otro momento de nuestra conversación, recupera la influencia de una artista de Bariloche, Ruth Viegener (1956-2019) quien la instó a combinar dos pasiones esenciales en ella: el arte y el caminar y fue desde entonces que ensaya enlazarlas. 

De On Kawara se siente identificada con lo que este artista conceptual propone en relación con el registro del momento y del tiempo. Me habla de la larga serie de “Pinturas de fecha” (la serie Today), en la que Kawara registraba la fecha en la que ejecutó la pintura en simples letras blancas sobre un fondo sólido y en el idioma y las convenciones gramaticales del país en el que se ejecutaba la pintura. Si no terminaba la obra antes de que acabara el día la destruía. 

Lorraine observa lo que la rodea; recorre la región patagónica, camina por senderos, asciende montañas con cuadernos, lápices y acuarelas en su mochila, buscando que su mano acompañe lo que sus ojos y su emoción le dictan acerca de lo que ve para crear una representación de un momento. 

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Como lo expresa con precisión Verónica Gómez en el texto de sala para la exposición Te escribo desde este bello lugar

“No hay paisaje sin caminante que detiene su paso y se dispone a contemplar. Sin el ojo que enmarca y adjetiva: pintoresco-sublime-urbano suburbano-bucólico-panorámico-turístico-agreste-histórico señorial. Y en algún momento -los pintores viajeros- necesitaron comunicar aquellos paisajes que los habían tenido por testigos. Luego, naturalmente, fue necesario hacer portátil el paisaje. Maravilla de la imaginación práctica: la postal.”

Lorraine habla de Bariloche; de que es una ciudad turística; de que escucha cosas como “vivís en una postal”, pero al mismo tiempo señala que la ciudad tiene muchas capas.

En 2017 se embarca en un proyecto esta vez vinculado a la fotografía: Te escribo desde este bello lugar, en el que la fotografía deviene el medio para registrar las transformaciones en el espacio que la rodea, de un paisaje “humanizado”. “Te escribo del rincón más hermoso de la república”, “Este lugar es tan hermoso como todos dicen, y aún más” son frases habituales encontradas en el reverso de las postales que en las primeras décadas del siglo pasado circulaban entre turistas que las escribían y los destinatarios de esos mensajes; cada una con una caligrafía personal refiere al magnetismo de esos paisajes del sur. 

Para este proyecto obtuvo una beca del Fondo Nacional de las Artes y en el proceso investigó sobre la historia de las postales en Bariloche, ciudad que fue apodada como “la Suiza argentina”. Consultó archivos de postales, entrevistó a coleccionistas y también debió interiorizase en materia de procedimientos fotográficos dado que una de las partes del proyecto consistió en fotografiar el mismo encuadre de cada una de las postales seleccionadas las cuales, fueron tomadas por el fotógrafo austríaco Godofredo Kaltschmidt entre los años 40 a 60.

La muestra se expuso en la Sala Frey del Centro Cívico de Bariloche en diciembre de 2017 y contó con tres tipos de piezas: los 21 re-encuadres de tarjetas postales de Kaltschmidt: fotografías que contienen dentro de sí las viejas postales y exhiben la presencia de la artista en el gesto performático del “volver a hacer”; también había afiches realizados con serigrafías que reproducían “Consejos útiles para los turistas” extraídos del libro Ocho días en Bariloche (1957) de Federico Saif. Las estrategias propuestas por la artista introdujeron distintos aspectos vinculados al turismo y la pretensión de romantizar las imágenes de esos lugares así como las capas y temporalidades que se perciben en las postales y la intención de la artista de generar una imagen del paso del tiempo. En algunos de los lugares retratados por Green se percibe una gran transformación del espacio: donde la postal muestra un matorral ahora hay un edificio: una ciudad que fue creciendo y avanzando a orillas del lago Nahuel Huapi. Pero en otros hay permanencia, salvo por alguna mínima diferencia de luz o vegetación.

Señala que la operación de recrear la misma fotografía 70 años después no fue fácil. En muchas ocasiones hubo que volver al mismo lugar varias veces para poder encontrar la luz que se adecuara a la toma fotográfica original y que también la meteorología fue determinante. Al igual que cuando salía a registrar la estepa, el proyecto requirió de paciencia, de espera.

Te escribo desde este bello lugar es una frase recurrente que aparece en textos escritos en el reverso de las tarjetas postales dejando ver trozos de intimidad que en su coralidad permiten una construcción narrativa del paisaje. 

En otra sala de la exposición, sobre una mesa, se apoyaron 60 postales actuales de Bariloche de las que venden en las tiendas de recuerdos de la calle Mitre que fueron iluminadas desde abajo y caladas con titulares de noticias de la zona publicadas en los diarios. Esta obra surgió a partir de la intención de generar una contradicción entre la imagen proyectada a través de las postales que muestran paisajes imponentes y la realidad cotidiana que se vive en Bariloche. El proyecto aborda esa complejidad y expone la densidad en la textura del paisaje.

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“A veces siento que siempre hice lo mismo. Siempre tengo un cuaderno en la mochila desde que soy muy chica. Mi abuelo me regalo un libro de dibujos de Van Gogh que me alucinó.”

En el relato que Lorraine brinda de sus procesos y sus genealogías, iba volviéndose manifiesta la persistencia de ciertos gestos vitales y artísticos a lo largo de los años, como cuando dice: “El paisaje que dibujo lo tengo que haber recorrido”. Cuenta que en verano llega a los lugares y los dibuja in situ en cuadernos, mientras que en invierno toma fotos como referencias para poder dibujar cuando regresa a su casa. 

Desde hace varios años dicta una vez al mes un taller de acuarela al aire libre o en el café Vertiente de Bariloche. Me da la impresión de que la frecuencia de esos talleres atiende a lo que a Lorraine le parece esencial transmitir a través de los cambios de estación y a la importancia de observarlos; como lo anticipa en los títulos: taller de otoño, taller paisaje de montañas, de hongos, paisajes de invierno, árboles de invierno, caminos al horizonte, el color en el paisaje.

Insiste en advertir que la observación requiere cierta disposición: “hay que esperar a las plantas”, “Ilustrar flores tiene esa tensión del tiempo: si se pasa una flor, hay que esperar todo un año para verla de nuevo. Pero también tiene algo del presente absoluto: estar, mirar, detenerse”. “estar, mirar, detenerse” son la cadencia que cristalizará luego en el dibujo.

Hace un tiempo se propuso registrar un jardín y durante meses fue cada semana a la Casa Frey. “Observé cómo brotaban, florecían y fructificaban las plantas. Algunas las veía por primera vez, otras eran viejas conocidas”. Realizó un relevamiento de un jardín que para ella guarda parte de la historia de Bariloche, la de Emilio Frey. Durante la primavera y el verano realizó acuarelas que contenían unas 60 especies. Ese gesto me llevó al de Claude Monet en su jardín de Giverny y los nenúfares del estanque que pintó reiteradas veces y en distintos momentos del día; al de Paul Cezanne con el Mont-Sainte Victoire al que representó en 87 obras, entre óleos y acuarelas (entre 1870 y 1906); también, a Hokusai y su fascinación por el Monte Fuji (36 vistas realizadas entre 1831 y 1833).

El dibujar, dice Lorraine, es un pretexto para observar, “dibujar es pensar”, expresión que permite iluminar un cúmulo de acciones cotidianas que atraviesan su identidad artística y están presentes por ejemplo en los ejercicios que propone en los talleres.

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Recorrer la obra de Lorraine Green permite ver la potencia del arte para desplegar una mirada desautomatizada sobre lo inmediato, mirada que provoca entonces una suerte de descubrimiento; desde este lugar el paisaje es vinculado con la mirada humana sobre un territorio, lo que Alain Roger llama “artealización” en su libro Breve tratado sobre el paisaje (1997). Allí, plantea que un paisaje no es reductible a su realidad física sino que la transformación supone siempre una metamorfosis, una metafísica, de modo que el paisaje nunca es natural, sino “sobrenatural”. Tal como indica el propio Roger: p.14)” si el paisaje no es inmanente, ni trascendente, ¿cuál es su origen? Humano y artístico, ésta es mi respuesta”.

Lorraine expone esta posibilidad del arte y al recuperar los procesos heurísticos alrededor de la construcción de paisajes puede verse la potencia de la mirada del arte para ese “volver visible” que en la obra de Lorraine es nombrado recuperando sus alcances polisémicos. Obras como Te escribo desde este bello lugar optan por la fotografía como medio para abordar el espesor de la palabra paisaje desde la recuperación de historias que allí acontecieron y que lo transforman en una suerte de palimpsesto de texturas porosas. 

Por su parte, al observar lo que la rodea, al representar a diario a través del dibujo y la acuarela el afuera: “su afuera”, Lorraine des-cubre paisajes que aguardan. 

Escrito por:

María José Melendo

Colaboradora Revista CUAD

1 Estudié Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Me desempeño como docente e investigadora en la Universidad Nacional del Comahue y en la Universidad Nacional de Río Negro. Vivo donde nací, en el Alto Valle de Río Negro.

2 Funcionó en la ciudad de Roca entre 2003 y 2011.

3 La página web de la artista ofrece un completo registro visual de su producción. https://www.lorrainegreen.com.ar/

4 Las citas de la artista corresponden a la transcripción de la conversación que tuvimos el 30 de mayo de 2025.

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