Pekitas De La Vida

– ¿Cuándo fue tu primer acercamiento con la fotografía?

Mi acercamiento con la fotografía viene desde la infancia, crecí en los 90s y en mi casa era un lujazo tener cámara y algún rollo. Por lo general se compraban para ocasiones especiales, se cuidaba mucho cada foto y la mayoría de las veces se guardaba el rollo para llevarlo a revelar cuando ‘hubiera plata’.
Cada vez que entrabamos a una casa de fotos sentía que era un mundo increible, el olor a químicos, la variedad de rollos en sus cajitas de distintos colores, los álbumes que estaban a la venta, TODO. Yo pensaba que era normal, toda esa emoción que yo sentía, toda esa curiosidad y ansiedad de llegar a casa y ver las fotos en papel, pero de grande me di cuenta de que quizás no era igual para todxs.
Crecí y con la llegada de fotolog me volví a reecontrar con la fotografía pero ya en un formato digital. En principio sacaba fotos con la cámara del celular, en bajísima calidad, después llegó a mi familia una cámara digital. Estuve varios años sacando en ese formato y me servía porque en su momento hacía muchas fotos en recitales. Pero por otro lado también intentaba hacer una fotografía más intimista y lo digital no me permitía transmitir lo que yo quería/necesitaba en ese momento.
Con el boom de Flickr que en ese entonces era la plataforma full fotografía donde de golpe estabas viendo laburos de gente de todo el mundo, me empezó a llamar la atención un estilo de fotografía y me di cuenta de que las fotos a las que les daba “like” tenían algo en común: todas habían sido tomadas en formato analógico. Un poco me obsesioné (?) el grano, los colores, los errores! TODO me encantaba y a su vez me llenaba de curiosidad y preguntas:
¿Por qué la gente seguirá sacando analógico? Por moda? ¿Porque es más accesible que comprarse el último modelo de Canon? ¿Por nostalgia?
A mis ojos la respuesta a todas esas preguntas fue una sola palabra… – magia –
Más investigaba, más me enamoraba. Pero necesitaba experimentar desde mi propia piel y ver qué me pasaba con eso. Una amiga me prestó una cámara, compré mi primer rollo y sin saber absolutamente nada de cámaras réflex, empecé a disparar…

-¿De donde sacaste tu primera cámara y cómo aprendiste a usarla?

Mi primera cámara analógica fue una Nikon FA con un hermoso 50mm 2.0f. Me la regaló mi novio de ese momento; me llevó a una casa de fotos y me dijo que eligiera. Miré la vitrina y fue amor a primera vista.
Yo tenía cero formación, venía de sacar fotos digitales con una compacta, asique llegué a mi casa y empecé a buscar tutoriales en youtube. En ese entonces (2010) no había tanta data dando vueltas y como yo sólo quería saber lo básico y quería poder usar mi cámara, un poco me sirvió. Soy bastante autodidacta asique lo logré. A todo esto había sido madre ese mismo año por lo tanto no podía dedicarle el 100% de mi tiempo a la fotografía. Más adelante hice un curso básico de fotografía y otro de iluminación. Con eso me sentí lista para salir al mundo a experimentar.
Después de mucho volví a estudiar fotografía este año. Vengo un poco en crisis respecto a esto de sacar analógico. Los precios, la escases de película, la escases de lugares donde revelar, la rutina y vaya a saber uno cuantas cosas más… Por suerte me crucé con un curso dictado por Marina Cisneros, un curso de Fotografía Contemporánea (recomiendo) que me encantó, me inspiró muchísimo y me ayudó a entender algunas cositas de mi propio proceso que venían trabadas.

– ¿Por qué elegís lo analógico en una generación digital? ¿Qué es lo que más te gusta de lo analógico? Revelas?

Creo que lo que me pasó cuando quise entrar en este mundo, me sigue pasando al día de hoy. La fotografía analógica tiene una magia que no me sale explicar con palabras pero que si te dejo un par de fotos acá abajo, lo vas a entender (?) o quizás no jajaja pero te transmiten algo único que al menos a mí, lo digital no me lo ha dado.
Después, me gusta lo vintage y todo lo que transmite nostalgia me conmueve.
Sostener lo analógico en un mundo tan digital y donde todo es tan inmediato es un gran desafío. Pero en lo personal hago fotos por y para mí. Las comparto cuando puedo, quiero y me siento cómoda haciéndolo. Sigo eligiendo lo analógico porque nadie me apura, y esto de pensar la foto, disparar y tener que esperar a que las revelen y envíen, me genera una ansiedad linda. De nuevo, la magia: ver fotos que no te acordabas que habías sacado, algún error medio flashero, la presencia del grano… *suspira*
Conclusión: hacer fotos es lo que me hace verdaderamente feliz.

– ¿Cómo te relacionas con el tiempo? desde elegir qué rollo usar, en qué momento usarlo hasta el momento del revelado

Como dije más arriba, nadie me apura. Solo yo. Por lo general me llevo muy bien con el tiempo respecto a la foto analógica. No me cuesta esperar, no me apuro a terminar rollos, todo lo contrario, cuido muy bien cada una de las fotos, lo cual no quiere decir que me vayan a gustar todas o que vayan a salir bien todas. Pero si de un rollo salen 2 o 3 que me encanten, yo soy feliz. También me encanta revelar algún rollo del que no recuerde qué fotos hay y sorprenderme como si no las hubiera sacado yo. – magia –
Algo importante, siempre tengo alguna cámara conmigo por más que no la use. La tengo conmigo porque a lo largo de estos años se ha convertido en una extensión de mí y porque nunca voy a saber cuándo vendrá la inspiración o si me cruzaré con la cosa más random que a mis ojos sea digna de ser inmortalizada.
Respecto a qué rollo usar, hoy por hoy no hay muchas opciones. De hecho se agradece el hecho de tener algún rollo, ya que es algo que se convirtió en un súper privilegio.

– ¿Cómo entrenas tu ojo?

Todo el tiempo estoy viendo fotos. En mi cuenta de ig sigo a mucha gente y hashtags relacionados con la fotografía en general, pero especialmente analógica. Me gusta de vez en cuando mirar algún documental y miro muchas pelis. También estoy rodeada de artistas que me inspiran todo el tiempo, ya sea con sus ilustraciones, canciones, escritos, fotos, etc. Otra cosa que me encanta! Cada tanto vuelvo a mi archivo y eso es hermoso, ver el proceso de una y apreciar y valorar fotos que quizás en su momento no supiste valorar… Y algo que no hago muy seguido pero recomiendo: hacer cursos, talleres, clínicas relacionadas a la fotografía. Siento que te abre la mente, destraba cositas y es una buena forma de conocer a otros fotógrafos y sus trabajos.
Para terminar, quiero agregar que más allá de todo lo que dije más arriba, también hago fotos para dejar registro de mis días, de la gente que quiero, los lugares por donde transito, las cosas que me gustan. Hago fotos porque en algún momento ya no estaré en este plano y mis fotos van a ser la prueba de que existí y que el mundo como yo lo veía, también existió.