Un coro de mujeres invocando su poder protegidas por un bosque. El ritmo extraño de un tambor al galope junto a guitarras con efecto de delay creando un eco reverberante que rebota por ese paisaje antiguo que fue habitado por dinosaurios. El sonido mántrico, espacial, flotante, provocado por un oleaje eléctrico de distorsión envolvente. La voz como un silbido del viento que atraviesa una ruta infinita que se pierde en el horizonte de la estepa patagónica. Las melodías ondulantes que devienen en un estado de la melancolía post adolescente y el recuerdo de un futuro que todavía no llegó. Es una música que avanza, siempre avanza por los confines del sur. Es una banda indie que sonando así, de esa manera, con acordes al aire, cabalgando sobre instrumentales que forman una pared de sonido, o cuyas notas se vuelven volátiles, salpicando como estrellas un cielo nocturno, se transformó en un fenómeno viral en Youtube con más de un millón y medio de vistas de la sesión en vivo que hicieron para la radio americana KEXP de Seatle, que difunde la música indie del mundo.
Tita (Julieta Limia), Lucía Masnatta y Julieta Heredia, que aparecen en las tres ventanas del zoom, desde distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires, todavía no pueden creer lo que sucede con Fin del Mundo, -este cuarteto de chicas formado por dos patagónicas (Julieta, guitarras, y Lucía, voz y guitarras), y dos porteñas (Tita, baterista y Yanina Silva, bajista), que promedian los treinta años, con más de dos décadas militando en el under-, cuando ven que en la plataforma de Spotify, temas como “La noche”, llegan a las 800 mil reproducciones.
La banda surgió en el verano de 2019 y tienen dos ep y dos discos grabados: Todo va hacia el mar (2023) y Hicimos crecer un bosque (2024). En 2022, fueron seleccionadas para la sesión de la KEXP, (curada por la periodista argentina Albina Cabrera, que trabaja como host en la radio de Estados Unidos). De ese especial, donde participaron desde Juana Molina a Nikki Nicole, la sesión del grupo fue la más vista y eso las proyectó de una manera inimaginable: la banda fue patrocinada por la marca de instrumentos Fender, que renovó sus equipos, y giraron dos veces por Europa. Este año entre junio y setiembre, tocaron en España, Francia, Suiza, México, Brasil y Chile.
“Para nosotras pasó todo demasiado rápido. Fue un antes y un después de la sesión en KEXP. A lugares remotos que fuimos, la gente canta y conoce los temas. Eso es una locura y te explota un poco la cabeza”, dice Tita, que hace las veces de productora de la banda.
Las cosas pasaron rápido y, también, pasaron lentamente.
Para que las Fin del mundo existieran, tuvieron que pasar muchas cosas. Que Julia, una chica de Trelew se mudará con sus padres a Tierra del Fuego y que se aburriera tanto durante los inviernos que decidiera volcarse a tocar la guitarra. Que Lucía, una chica de Rawson, decidiera armar una banda con sus amigos del colegio, que iban a su casa a ensayar y a tomar la leche, y eso decidiera su futuro como música. Que ambas se mudaran a Buenos Aires y armaran sus propias bandas con chicos, chicas. Que en un improbable cruce de caminos sus destinos se cruzaran. Y, que ese encuentro proverbial, llámese destino, diera como resultado esta banda que ahora es su forma de vida.
“Fue re-loco. Lucía y Julia, eran de la misma provincia. Dos músicas mujeres y de un mismo lugar, que no se conocían. Era rarisímo. No es que hicimos un casting buscando músicas de la Patagonia. Inclusive la primera bajista, hermana de Juli, vive en el sur, en Playa Unión. Ella se volvió para el sur y por eso entró Yani a tocar con nosotras. Juli y yo tocábamos en otra banda. Cuando esa banda se separó fuimos incorporando músicas para seguir armando algo que teníamos en mente y que sabíamos que iba a estar bueno. Éramos un trío instrumental hasta que apareció Lucía”, cuenta Tita.
“Estaba grabando maquetas en la casa de Yani, porque su pareja en ese momento era mi guitarrista en otra banda. Yo la veía a Yani practicando cositas en el bajo y cuando estábamos cenando nos cuenta que estaba tocando unos temas de unas chicas porque iban a tener una banda sólo de mujeres, pero les faltaba una guitarrista que se anime a cantar. Yo estaba comiendo con ella -hace el gesto de la cuchara llevándose a la boca-, mientras pensaba: yo quiero. Al final me preguntó si me interesaba y me dijo: ¿en serio, te va a dar el tiempo? . Le dije: “toda mi vida quise esto”, dice Lucía.
Cuando finalmente se encontraron las cuatro en la sala de ensayo fue como si todo ese recorrido individual de cada una tocando en un montón de proyectos paralelos, las hubiera preparado para ese instante en que el sonido de las dos guitarras, el bajo y la batería ensambló naturalmente en una extraña química de acordes, distorsiones, tempos lentos y rápidos, y melodías. A partir de ese momento, esas cuatro personalidades con historias y orígenes distintos, fraguaron una entidad musical.
-¿Qué se dio con el grupo que no pasó con otros proyectos anteriores que tuvieron?
Tita: -Fue un poco el destino y que somos nosotras cuatro. No sé si pudiese funcionar de otra forma. Esta es la primera vez que toco en una banda sólo de mujeres y fue distinto.
Julieta:- Es raro. Descubrimos que hay muy pocas bandas donde todas son compositoras y no hay una líder. Es una banda horizontal y democrática.
Lucía:- Musicalmente macheamos muy bien. Respetamos la manera de tocar de cada una. A nivel personal justo se dio un grupo de personas que tienen saberes previos, eso hizo que el nombre de la banda y el proyecto se mueva de una forma organizada y profesional. Tenemos más de 30 años y queremos hacer esto que estamos haciendo. Es difícil encontrar personas que le pongan el tiempo, el trabajo y el amor a un proyecto artístico en este momento de la vida, del país y el mundo. Es casi un milagro.
Fin del mundo editó este año Hicimos crecer un bosque, un álbum de ocho canciones que parecen inspiradas en los paisajes desérticos, costeros, indomables y ariscos de la Patagonia.
“Es la música que nos sale hacer. Nos dicen mucho que las partes instrumentales remiten a paisajes del sur. Vivi más años en Buenos Aires que en la patagonia a esta altura porque estoy hace veinte años acá, pero en un punto es importante el lugar donde crecimos, nos formamos y aprendimos a tocar el instrumento. Siempre digo que soy de Río Grande y esa influencia aparece en lo que tocamos. Nuestra música tiene esto de los paisajes más desolados, amplios, de viento y mar, en oposición a los ritmos mas acelerados de las ciudades. Nosotros apuntamos a una espacialidad y a ritmos más tranquilos”, dice Julieta, guitarrista.
No hay otras como ellas, pero les gusta hacer lista de bandas lideradas, o integradas por mujeres: Stereolab, Las Nubes, No Vacation, Ruda, Full de Mango, Buenos Vampiros, Apoyo Emocional, Playa Nudista, Estación Sur, Adelaida de Chile, Fevernova de Río Negro, Nube de Magallanes, Anayuno de Santa fe, Niña Lobo y Deforma de Uruguay, o referentes locales como Marina Fages y Lucy Patané.
Fin del mundo sigue expandiendo su sonido, incorporando elementos como el gang vocal (cantar todas al unísono). Eso las pone por delante de la escena del rock alternativo, sin buscar anclarse a un género o etiqueta. Ellas, escapan a toda definición.
-¿Se puede definir el sonido de Fin del mundo?
Tita: Algunos nos dicen que hacemos post rock cinematográfico.
Lucía: -En los tags de KEXP hay mil definiciones y nos reímos.
Tita:-Es muy gracioso. Por momentos, nos comparan con The Cure, Cranberries, con una banda post punk, o con una banda de los noventa, que nada que ver como The Smashing Pumpkins.
Lucía:-Es la percepción de cada persona.
Tita:-Nosotras no sabemos copiar bandas.
Lucía: -Nos aburrimos
Tita:- Si queremos hacer un tema, por ejemplo, que vaya por el dream pop, nos dura treinta segundos. Enseguida cambiamos y lo hacemos rápido. Es una banda bastante hibrida a nivel género y es difícil encasillarla. Siempre digo que hacemos post indie, pero no existe ese género.
Lucía: -También dicen que hacemos shoegaeze, pero no hacemos shoegaeze
Tita: -Cuando subís un tema a Spotify te hace elegir un género a ver si entras en una playlist y nosotros elegimos rock alternativo porque es mas fácil para englobar algo que es difícil de definir.
Julieta:-Es que hay mucha libertad. No tenemos un sello que nos diga hagan un tema de tal estilo. Es una banda autogestiva. Al ser cuatro integrantes que componen queda esa mezcla que nace de la libertad. Hacemos la música que nos gustaría escuchar a nosotras.
Escrito por:
Gabriel Plaza
Periodista y curador de música