Gestión Cultural en la Patagonia
Columna de Marina Cisneros
Gestión Cultural en la Patagonia
Columna de Marina Cisneros

La gestión cultural en la Patagonia, en el Ômbito de las artes visuales, ha experimentado un notable desarrollo en los últimos años. Sin embargo, históricamente, esta región única y vasta, con su rica diversidad geogrÔfica y cultural, ha visto principalmente la intervención de gestores culturales y artistas de otras regiones que han traído consigo sus propias perspectivas y enfoques. Esto plantea la pregunta: ¿qué sucede con la gestión cultural patagónica de sus propios artistas, gestores y recursos?

Uno de los aspectos mÔs destacados de la gestión cultural en las artes visuales en la Patagonia es su enfoque en la promoción de la identidad local y la preservación del patrimonio cultural. A través de diversas iniciativas, se ha buscado resaltar la singularidad de la región, tanto en términos de su paisaje natural como de su rica herencia cultural. AdemÔs, se observa un creciente interés en promover el pensamiento patagónico y explorar las diferentes formas de existir en territorios y climas extremos. Esta perspectiva ofrece nuevas interpretaciones y narrativas que enriquecen el panorama cultural de la región y conectan a los artistas con su entorno de manera mÔs profunda y significativa.

Dentro de los objetivos principales de la Gestión cultural en este territorio, se intenta promover la creación de espacios de exhibición y encuentro que brinden apoyo tanto a artistas locales como regionales. AdemĆ”s, se fomenta la realización de eventos y festivales que buscan estimular el intercambio cultural y la participación comunitaria. En un entorno tan vasto y diverso como la Patagonia, se reconoce la importancia de la colaboración y la inclusión de todas las formas de vida que nos rodean, desde la flora y la fauna hasta las comunidades locales. 

No obstante, existen desafĆ­os significativos que enfrenta la gestión cultural en esta región, como la falta de infraestructura adecuada y de financiamiento sostenible. 

Uno de los mayores obstÔculos que enfrentan los gestores culturales en esta región es la distancia geogrÔfica y la dispersión de la población. La vasta extensión de la Patagonia y la baja densidad de población dificultan la creación de redes sólidas y el acceso equitativo a recursos y oportunidades culturales.

Otra dificultad importante es la falta de espacios culturales adecuados del sector privado. Aunque se han realizado esfuerzos para establecer espacios de exhibición y venta en diferentes comunidades, la escasez de recursos y la falta de apoyo de distintos sectores (gubernamentales, privados, autónomos) dificultan la sostenibilidad y el funcionamiento eficaz de estos espacios. Pocas veces un espacio de gestión privada ha logrado sobrevivir mÔs de tres años.

AdemÔs, la Patagonia enfrenta desafíos económicos que afectan directamente la financiación de proyectos culturales. La dependencia de la actividad económica relacionada con el turismo y la explotación de recursos naturales puede generar fluctuaciones en los presupuestos destinados a la cultura, lo que dificulta la planificación a largo plazo y la estabilidad financiera de iniciativas culturales en la región.

Dentro de los aspectos mÔs importantes se encuentra la necesidad de fortalecer la formación y capacitación de profesionales en gestión cultural en las artes visuales en la Patagonia. La falta de programas educativos especializados y oportunidades de desarrollo profesional puede limitar el potencial creativo y la profesionalización del sector, dificultando la implementación de prÔcticas innovadoras y sostenibles en la gestión cultural.

En el Ć”mbito cultural, la responsabilidad de la gestión no recae Ćŗnicamente en los gestores, sino que tambiĆ©n involucra a los propios artistas. Tenemos que ser conscientes de que en la actualidad, el artista/creador ya no es sólo quien ejecuta la obra de arte, sino quien, ademĆ”s, asume el resto de funciones adicionales que van mĆ”s allĆ” de la producción, formalización y exhibición de la misma. 

Para la profesionalización del artista, es necesario pensar a esta figura como un productor de obras o proyectos con medios para su ejecución y con capacidad para gestionar dichas producciones. Sin estas cualidades un artista no podría desarrollar su labor creativa como tal y le sería muy difícil entrar en un marco de buena relación con la institución, la galería o cualquier otro espacio destinado al Arte. Es indispensable que la actitud y comportamiento del artista se encuentren al mismo nivel profesional que cualquier otro trabajador del sector. La falta de profesionalización en el ecosistema artístico constituye uno de los principales obstÔculos en la gestión cultural. Los propios artistas se enfrentan a diversas dificultades al gestionar su obra, lo cual puede repercutir negativamente en su desarrollo profesional y la difusión de su trabajo.

  • Falta de conocimientos financieros. Muchos artistas visuales tienen habilidades sobresalientes en su disciplina artĆ­stica, pero pueden carecer de conocimientos necesarios para promover y comercializar su trabajo de manera efectiva. Esto incluye habilidades como la gestión financiera, el marketing, la confección de presupuestos y la planificación estratĆ©gica. En su mayorĆ­a, no saben cómo monetizar su producción o presupuestar servicios.
  • Falta de redes y contactos. La construcción de redes profesionales es fundamental en el mundo del arte. Los artistas visuales que carecen de una red sólida de contactos pueden tener dificultades para encontrar oportunidades de exhibición, colaboraciones y apoyo profesional. Fortalecer contactos, es fortalecer la comunidad.
  • Resistencia a la promoción personal. Existe una constante incomodidad hacia la promoción de su propio trabajo y sobre todo se subestima la importancia de la auto-promoción en el desarrollo profesional. Esto limita su visibilidad y oportunidades de carrera. Es momento de quitarle el prejuicio al ā€œautobomboā€. 
  • Gestión del tiempo y la productividad. Si hay algo que abunda en la vida del artista es el caos, la incertidumbre, el sobrepensamiento, lo que puede dificultar la gestión del tiempo de manera efectiva y mantener altos niveles de productividad artĆ­stica. Crear agenda y plan de acción es materia indispensable para el desarrollo de una carrera profesional.
  • Miedo al rechazo o crĆ­tica. La sensación de vulnerabilidad vinculada a la exposición del trabajo artĆ­stico puede llevar a algunos artistas a evitar oportunidades de exposición o a ser reacios a recibir crĆ­ticas constructivas, lo que puede dificultar su crecimiento profesional. Es indispensable hacer un trabajo de desarrollo personal, identificar cuales son aquellas creencias limitantes que no permiten un avance en la carrera del artista. Āæes que acaso es posible gustar a todos?

Superar estas faltas puede requerir un esfuerzo consciente por parte del artista para adquirir nuevas habilidades, buscar orientación y apoyo, y desarrollar una mentalidad emprendedora sólida. La educación continua, la participación en comunidades artísticas y la colaboración con profesionales de otros campos pueden ser formas efectivas de abordar estas Ôreas de desarrollo. Nadie puede crecer en la soledad absoluta.

Potenciar la gestión cultural en la Patagonia puede implicar una combinación de enfoques estratégicos que aprovechen los recursos disponibles y aborden las necesidades específicas de la región:

  • Inversión en infraestructura cultural. Mejorar y ampliar la infraestructura cultural en la Patagonia, incluyendo la construcción y renovación de espacios de exhibición, centros culturales, espacios comunitarios de producción, estudios de artistas y otros. Esto proporcionarĆ­a lugares adecuados para la creación, exhibición y participación en actividades culturales. 
  • Apoyo financiero sostenible. Establecer programas de financiamiento sostenible para proyectos culturales en la región, incluyendo subvenciones, becas y patrocinios tanto del sector pĆŗblico como del privado. Esto ayudarĆ­a a asegurar la viabilidad a largo plazo de iniciativas culturales en la Patagonia. En este sentido, no se propone mantener económicamente estos espacios, sino potenciarlos para que logren autonomĆ­a.Urge establecer una mediación respetuosa entre los sectores pĆŗblico, privado y autónomos en el Ć”mbito de la gestión cultural. Esta colaboración es esencial para impulsar el desarrollo artĆ­stico y cultural en la región. Al trabajar de manera conjunta, estos sectores pueden aprovechar sus recursos y conocimientos respectivos para promover iniciativas culturales mĆ”s sólidas y sostenibles. AdemĆ”s, una coordinación efectiva entre estos actores facilita la creación de polĆ­ticas culturales equitativas, que beneficien a toda la comunidad. En Ćŗltima instancia, una gestión cultural colaborativa y orientada hacia el bien comĆŗn es fundamental para fomentar el florecimiento del arte y la cultura en la Patagonia

Una gestión cultural colaborativa y orientada hacia el bien común es fundamental para fomentar el florecimiento del arte y la cultura en la Patagonia.

Marina Cisneros

  • Formación y capacitación. Ofrecer programas de formación y capacitación para artistas, gestores culturales y profesionales del sector en Ć”reas como gestión empresarial, marketing cultural, desarrollo de audiencias y habilidades tĆ©cnicas especĆ­ficas. Esto fortalecerĆ­a la capacidad de la comunidad cultural para gestionar y promover su trabajo de manera efectiva y sustentable.
  • Fomento del turismo cultural. Promover cada provincia patagónica como destino cultural a travĆ©s de la creación de rutas turĆ­sticas culturales, festivales temĆ”ticos y eventos artĆ­sticos. Esto no solo aumentarĆ­a la visibilidad de la región como destino cultural, sino que tambiĆ©n generarĆ­a ingresos y oportunidades laborales para artistas y profesionales del sector.
  • Colaboración y redes. Fomentar la colaboración y el intercambio entre instituciones culturales, artistas, comunidades locales y otras regiones. Esto podrĆ­a incluir programas de intercambio de artistas, residencias artĆ­sticas, ferias de ventas y colaboraciones entre organizaciones culturales para la realización de proyectos conjuntos.
  • Incorporación de tecnologĆ­a. Utilizar la tecnologĆ­a digital y las plataformas en lĆ­nea puede ser una herramienta poderosa para ampliar el alcance y la accesibilidad de las actividades culturales en la Patagonia. El uso de tecnologĆ­a digital puede fortalecer la comunicación en una región tan vasta como la Patagonia. Las plataformas en lĆ­nea pueden servir como espacios de encuentro virtual donde los diferentes actores culturales pueden intercambiar ideas, colaborar en proyectos y compartir recursos de manera mĆ”s eficiente. Esto facilita la creación de redes y alianzas entre organizaciones culturales, artistas y comunidades en toda la región, promoviendo asĆ­ un mayor intercambio y desarrollo cultural.

Es importante adaptar las estrategias a las necesidades y características específicas de cada región, así como involucrar a diversas partes interesadas en el proceso de desarrollo cultural.

La gestión cultural siempre conlleva desafíos, pero en tiempos de crisis en Argentina, éstos se vuelven aún mÔs urgentes de resolver. Si bien es sabido que el gobierno nacional actual no se posiciona a favor del desarrollo artístico cultural, en las provincias patagónicas la actitud podría ser otra. De todas maneras, sería importante hacer un anÔlisis general sobre la gestión cultural en el sector de las Artes Visuales, que, con o sin apoyo estatal debería tener la capacidad de funcionar igual. Sobre el tema, podemos compartir algunos puntos clave y consejos fundamentados en información reciente:

Enfoque en la cultura como problemÔtica de todos. Las políticas culturales en tiempos de crisis pueden beneficiarse al tratar la cultura como una problemÔtica comunitaria, lo que implica un enfoque mÔs participativo y reflexivo. Sin embargo, actualmente, observamos una tendencia al predominio del discurso sobre la precisión en las prÔcticas implementadas. La cultura parece ser redefinida en el discurso antes que en las prÔcticas institucionales y sociales, lo que genera una problemÔtica que suele pasarse por alto. Tratar la cultura como una problemÔtica pública no implica ceder al Estado el control total sobre ella, sino reconocer que es un problema que concierne a todas las personas que habitan la región y contribuyen a su identidad cultural. Esta concepción de cultura incluye el conjunto de modos de vida, costumbres, conocimientos y desarrollo artístico, científico e industrial.

Reflexión y colaboración. Proveniente de un contexto pandémico, se ha fortalecido la posibilidad de que los agentes culturales reflexionen y fortalezcan las redes de colaboración, lo cual es crucial en tiempos de crisis. Esta prÔctica debe mantenerse en constante construcción para no debilitarse ante crisis futuras, ya sean previsibles o no. Un caso de éxito en este sentido es la Red CUERO que, nacida en pandemia, nuclea a espacios de gestión autónoma en el sector de las Artes Visuales en Patagonia. Esta red ha potenciado significativamente el desarrollo de los espacios que la integran de manera activa. En el contexto actual de crisis, cumple un papel fundamental como una estructura que promueve el intercambio de saberes, impulsa la productividad y brinda apoyo emocional y contención. Es que aquí, nadie le suelta la mano a nadie.

Adaptación y resiliencia: La gestión cultural puede tener la capacidad de adaptarse a los cambios sociopolĆ­ticos y económicos, buscando formas innovadoras de mantener la cultura accesible, relevante, equitativa y sostenible. Es peligroso y, en mi opinión, inaceptable, pensar que la cultura termina cuando el gobierno deja de subvencionarla. Aunque el Estado tiene un gran porcentaje de responsabilidad, junto a una estructura y presupuesto destinado a este desarrollo, no podemos esperar que lo haga en un 100% ni tampoco dejar de hacer cuando esta estructura estĆ” en peligro. Cuando la crisis estĆ” tan presente, es momento de activar el pensamiento colectivo, la creatividad y resiliencia para pensar nuevos u otros modos de llevar adelante estas tareas artistico culturales.  Aunque el concepto de resiliencia puede parecer gastado, en Argentina es indispensable volver a Ć©l una y otra vez. Sin embargo, este concepto no es vacĆ­o, sino que se sustenta en valores como la introspección, la independencia, la capacidad de interacción, la iniciativa, la creatividad, la ideologĆ­a personal y el sentido del humor.

Federalización de la Gestión Cultural. Es importante considerar perspectivas federales y regionales para abordar las necesidades específicas de cada Ôrea, incluida la Patagonia. Aunque actualmente esto pueda parecer difícil de lograr, es indispensable reconocer que las políticas culturales nunca fueron federales en Argentina, especialmente en el Ômbito de las artes visuales. Aunque en los últimos años se han intentado implementar políticas públicas al respecto, muchas veces estas han funcionado únicamente como eslóganes de marketing. El federalismo no es inclusión, sino equidad; por lo tanto, este no es un tema que deba pensarse únicamente desde Buenos Aires hacia el resto de las regiones, sino que debe ser abordado de manera conjunta.

Propuestas para el desarrollo cultural. En un contexto donde las políticas públicas dejan de respaldar el desarrollo artístico-cultural, es crucial que el tejido cultural sea impulsado por los propios agentes culturales, quienes deben concebir y desarrollar estas propuestas. ¿Por qué es importante que el sustento de la gestión cultural no recaiga totalmente en el Estado? Porque esto no permite un crecimiento real en términos de desarrollo cultural; todo proyecto cultural debe eventualmente alcanzar la sostenibilidad. Es fundamental que, al considerar las políticas culturales como un problema de toda la comunidad y no solo del Estado como institución, las gestiones se lleven a cabo mediante la mediación y la colaboración entre los sectores privado, público y autónomo. Es momento de empoderarse a través del conocimiento, la reflexión profunda y la búsqueda de un crecimiento basado en un interés común. Ninguna gestión cultural debería depender exclusivamente del Estado, sino que debe ser respaldada por todos los sectores.

A pesar de los obstÔculos, el compromiso y la creatividad de los gestores culturales en la Patagonia continúan impulsando el desarrollo y la difusión de las artes visuales, enriqueciendo así la vida cultural de la región y mÔs allÔ.

La gestión cultural en las artes visuales en la Patagonia es un campo dinÔmico e intenso que busca promover la creatividad, la diversidad y la equidad, al tiempo que celebra la riqueza cultural y natural de esta salvaje y maravillosa región. 

Escrito por:

MARINA CISNEROS

Colaboradora Revista CUAD

Marina Cisneros nació en 1985 en Neuquén Capital, es artista visual, fotógrafa, archivista y gestora cultural. Fundadora y directora de RARA, plataforma digital de estudios y difusión sobre Fotografía Artística ContemporÔnea. En 2023, funda PAC PATAGONIA, un proyecto de gestión de recursos culturales vinculados a PrÔcticas Artísticas ContemporÔneas en Patagonia.

Desde 2007 hasta la actualidad, trabaja como fotógrafa y artista, participando en numerosas exposiciones, individuales y colectivas, ponencias, charlas, jurados, entre otras tareas.

Colabora en diferentes proyectos artĆ­sticos en la zona del Alto Valle (RĆ­o Negro y NeuquĆ©n). Es miembro activo y cofundador de la Red Cuero Patagonia, que nuclea espacios de gestión autónoma en artes visuales de la Patagonia. 

Arengadora compulsiva, fan del crossfit, los cachorritos de cualquier especia y las pelĆ­culas de terror.

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