“Mi propia mirada vuelve hacia mí, y es hermoso”, asegura Noé Macarena Ríos (32). Tiene su libro -y su historia- en la mano. Es una mujer de la Patagonia que un día compró una agenda y empezó a escribir, sin darse cuenta, el que sería su primer libro. A través de las palabras canalizó su dolor y hoy cuenta con orgullo el proceso que llevó adelante para sanar y encontrar su mejor versión.
“Todos tenemos una historia para contar”, aseguró Noé, la mujer detrás de Colapso. Y sí que sabe de eso. Ella misma narró la historia de un amor y, de manera secundaria pero no menos importante, se fueron colando duros hechos que marcaron su infancia. La literatura fue su herramienta.
Noé ya tenía el hábito de escribir, con frecuencia presenta artículos doctrinarios. Pero esta vez, le escribió a su amor. “Le hablo a él todo el tiempo. Lo que yo quería era tratar de que vuelva a mí. Pensaba, si le regalo este libro le voy a mostrar el camino de regreso hacia mí. Y en ese camino, escribiendo, me terminé encontrando yo”.
Escribía atravesada por la ira, la bronca, el dolor. El resultado fue un manifiesto, una manera de pedirle que regrese a ella, pero también un trabajo de crecimiento personal y autoconocimiento, que la llevó a reconstruir parte de su historia. Se encontró cara a cara con su niñez. Fue como tirar de un hilo y empezar a coser recuerdos de su infancia cuando creyó que su mamá la había abandonado y, junto a sus hermanos, creció en un ambiente marcado por la pobreza y hechos violentos. “El foco no era contar mi historia, sino contarle a él por qué era tan intenso este amor. Y eso me terminó sirviendo como una apoyatura en la que me sentí muy cómoda escribiendo cómo me maltrataron toda la infancia, cómo mi adolescencia fue un caos. Escribirlo fue tomar conciencia de mi propia historia”, subrayó Noé.
Durante meses tuvo la agenda en su mesa de luz y antes de dormir liberaba su mente apuntando ideas. Escribía a la mañana, a la noche, en cualquier momento. “Escribir era meterme adentro de ese cajón al que no querés regresar y acordarte de todo, hasta de los olores. Tengo mucha memoria. Cuando logré escribir la situación de la infancia, no veía la computadora de las lágrimas. Incluso, antes del libro decía intento de abuso, y escribiendo me terminé dando cuenta que eso que cuento fue un abuso por parte de una persona que me hacía el moño del guardapolvo y las trenzas para ir a la escuela. Relatar eso de golpe, no lo podía volver a leer del llanto compungido. Lo mismo me pasó en la parte de mi adolescencia, cuando estuve internada un montón de veces”.
Noé revolvió para rearmarse. Fue profundo. Revisó sus estructuras, se cuestionó y trabajó sus propios vínculos. Primero el amoroso, y luego también el que mantenía con sus padres.
Colapso es una declaración de amor dirigida a quien creyó el amor de su vida. “Tenemos asociado que lo tóxico es el maltrato físico o verbal. Y a veces no hay maltrato pero la relación en sí es tóxica porque uno está esperando y exigiendo que el otro le dé y obligando al otro a que cumpla las expectativas”, sostiene la autora. A través de la lectura de su libro es notoria su transformación personal. La que arrancó la escritura no es la misma persona que se despide al final. En ese camino, pudo resignificar el presente.
El después
Publicar su libro para Noé era soltar la historia, dejarla ir. Pero junto con las repercusiones empezó algo que, asegura, “la está llevando”. Recibe mensajes de mujeres y hombres que se identifican con lo que ella atravesó.
En la previa, sentía temor por la exposición que implicaba. “Es andar desnuda por la calle. Pero mi socia me dice que es una bocanada de aire fresco si lo recibe una mujer que está sufriendo y que piensa que no puede salir adelante”.
“Escribir fue encontrarme con mis propias miserias. Fue tirarme hasta llegar al fondo y una vez que estás allí, empujar para arriba. Dejar las heridas expuestas, como una quemadura que dejo tapada porque en ese dolor a veces una se encuentra cómoda. Hasta que un día decidí sacarme la venda de un tirón. Iba a doler, recontra doler, pero fue la única forma de empezar de nuevo”.
*MINIBIO
Escrito por:
Marianela Vergara
— Revista Cuad
Ilustracion por: