La felicidad en 15, en 30 o en audaces 59 segundos. La felicidad con la boca más ancha o la piel perfecta. El entretenimiento del challenge y todos los reels con la canción “bizcochito” de Rosalía usada hasta el hartazgo. En nuestro país, pasamos en promedio 7 horas online y desbloqueamos nuestros celulares 190 veces al día. Los infinitos estímulos, positividad y productividad nos vuelve casi obsesivos por ideales que no siempre podemos alcanzar. El “tiempo muerto” suena a fracaso y frustración. Nadie concibe la idea de aburrirse. Se trata de un estado percibido como negativo que evitamos constantemente. “Mantener la cabeza ocupada” se vuelve la regla en una sociedad que impone el full time de la productividad.
Pero, ¿es tan malo el aburrimiento? Para Romina Berezosky, psicóloga MPRN 1340, este estado carga con cierto estigma. “Me parece que por ahí no está permitido aburrirse. Cuando un niño se aburre, por ejemplo, inmediatamente el mundo adulto intenta colmar eso, entretener. De repente pareciera que entonces uno tiene que estar como todo el
tiempo haciendo algo porque si no se tiende a pensar que uno pierde el tiempo. Lo cierto es que le colocamos la palabra ´aburrimiento´ quizás a un momento donde no se está produciendo algo”.
En un contexto donde en apariencias hay que estar activo todo el tiempo, para la profesional, estar aburrido tiene mala fama.
“En todo caso quizás sea un tiempo de corte, que no necesariamente sea un tiempo muerto sino un espacio para que suceda otra cosa”.
Romina Berezosky / Psicóloga
El ritmo frenético y la sobreexposición a la información de las redes sociales que muchas veces muestran una vida de constante actividad, nos interpelan a diario: la sensación de que los demás están viviendo experiencias más gratificantes. Por ello, ese espacio virtual se convierte en un punto clave a repensar.
“Siempre lo que una, uno, une, muestra en las redes tiene que ver con un recorte que tiene una intención. A veces tiene que ver con la felicidad y con estar en actividad, otras veces se publican cosas desde el dolor, pero siempre con la idea de que eso sea una mostración para otro. Me parece que desde ese lugar se intenta la aprobación de los otros”. Por esto, Berezosky nos invita a pensar en que lo que percibimos de otras personas a través de las redes sociales, “no es algo azaroso, siempre es un recorte de la vida”.
“Esos tiempos, donde no hay que mostrar ni hacer algo para otro, pueden ser un
terreno propicio para el encuentro con uno y el surgimiento de algo de la experiencia más propia. Siempre en la búsqueda de experiencias surge algo de la creatividad, que está lejos de la producción en serie o de esto de que uno pareciera que tiene que hacer cosas que ya están preestablecidas. Me parece que la creatividad tiene que ver más con la singularidad y con lo propio, con la huella de cada uno”.
Es casi hipnótico, el tic no alcanza al tac.
El grito efímero, el ritmo efímero.
Al reloj lo del reloj y alrededor del reloj
tu estado de ánimo.
(Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota).
Escrito por: Anahi Rios Lumini | Entrevista a: Romina Berezosky | Ilustraciones: Franco Lopez
*MINIBIO