Yoga & Música
Entrevista a Pablo Borgia
Yoga & musica
Entrevista a Pablo Borgia

Las prácticas se vinculan y nutren entre sí. Cuerpo y mente en tiempo presente, la fórmula maestra para lograr asanas y también que los instrumentos transmitan más que sonidos.

Aquieta la mente, el ahora manda. Las fluctuaciones del pensamiento abren paso a la entrega. La mente se concentra. El plano físico se despliega y actúa, se deja llevar. Y llega a un plano de completa conexión. El camino se repite en la práctica de yoga, y también al momento de pararse frente a un público expectante por un concierto.  

Ejecutar un instrumento no es simplemente hacerlo sonar. Lo que hay más allá del acto de emitir sonidos lo explicó Pablo Borgia, músico de la Patagonia. 

El bandoneón es parte de cada una de sus mañanas. Entrega horas al arte de lograr música a través del movimiento de sus manos. Pero hay algo más que un ritmo sonoro. Asegura que es así. Lo sabe, lo practica y se siente. Para el músico existen mucho más que sonidos en una melodía. Tocar es entregar el alma, transmitir emociones, generarlas. En el entrenamiento, trenza con habilidad sus destrezas de bandoneonista e instructor de yoga.

El yoga al principio es una práctica física. “Cuando uno empieza a experimentar este mundo, comienza por las posturas, que son las llamadas asanas. Pero en realidad es un mundo más grande que solamente las posturas físicas, es mucho más abarcativo. El yoga es un estilo de vida, que no impone una religión como se cree. El yoga como disciplina te va llevando por otros caminos en busca del bienestar del propio ser a través de algunos cambios de hábitos alimenticios, conductuales en la forma de actuar y relacionarte con el ambiente, las personas”. 

Inhalar, exhalar 

Respirar en forma consciente ayuda a la mente a enfocarse en el propio cuerpo. Controlar el ritmo y la profundidad de cada inhalación permite anclarse en el presente y serenarse. La respiración, precisamente, es el puntal más importante en la práctica de yoga. 

“En las asanas se hace una respiración en movimiento. Uno está en meditación cuando se hace de manera consciente y coordinada con el movimiento. Más que el tecnicismo de la postura, hacer yoga es eso. Y si lo llevamos al ámbito de la música, esta práctica sirve muchísimo. Respirar hondo antes de subir a tocar es muy aconsejable para bajar la ansiedad, aumentar la concentración y vivir mejor la música”, aseguró el artista, quien antes de cada concierto se regala un ratito para respirar y sentir el bienestar de la meditación. 

“Yoga y música se relacionan totalmente”, subrayó y explicó cuáles son los tres planos del ser cuando se ejecuta música. “Interviene el plano físico, ya que para tocar un instrumento se pone el cuerpo. También el plano mental, porque al tocar en vivo, estudiar una obra o tocar con otras personas hay que trabajar mucho la concentración. Y, por último, lo que tiene que ver con el plano espiritual. Al tocar música entra el alma, el espíritu del intérprete. Si no está eso, es como tocar algo vacío, sin sentido… serían sólo notas y sonidos que no dicen nada a quien la escucha”. 

Bienestar

La actividad musical requiere destreza, creatividad, precisión física, razonamiento, expresión emocional. Todo lo que sucede en el cuerpo, mente y espíritu del músico, sucede también en aquello que expresa a través de la música. Una persona que se dedica a la música de manera profesional tiene una preparación de alta exigencia, que requiere esfuerzo y trabajo de entrenamiento diario. Una vez que llega el momento de la presentación, la presencia en escena implica situaciones de estrés y exigencia.

Las largas jornadas de ensayo y presentaciones tienen sus consecuencias para las personas que dedican su vida al arte de crear música. En el caso de los intrumentistas, la realización repetida de movimientos o la sobrecarga en alguna zona suele derivar en tendinitis en los dedos, muñecas, codos u hombros. También lumbalgias en la espalda. 

Dedicar tiempo a ejercicios de estiramiento y calentamiento, así como también el respeto a los momentos de descanso, son las recomendaciones generales. 

Pablo llegó a la práctica de yoga por las contracciones musculares que le generaba una mala postura al tocar. Un amigo lo invitó a probar la práctica y enseguida apreció los efectos en su cuerpo. Nunca más dejó de practicarlo.

Los dolores son una imposibilidad para el oficio del músico. El yoga ayuda a corregir mucho la postura, justamente es un aspecto muy importante al ejecutar un instrumento”. 

Pablo Borgia/ Músico

El yoga mejora la postura y la flexibilidad corporal, relaja y fortalece la musculatura, libera de tensiones, alivia tensiones y disminuye la ansiedad, entre otros beneficios. 

Con ejercicios de yoga Pablo arranca cada mañana. Hace un par de saludos al sol y se asegura un inicio del día diferente. “Ando más despierto, con el cuerpo más suelto, tengo otra actitud y humor”, enfatizó. 

A la mañana trabaja en la Fundación Cultural Patagonia, en donde integra el grupo de tango. A la tarde realiza su práctica de yoga ashtanga. “Son dos horas. Después sigo con mi actividad dando las clases de yoga y en el IUPA”. 

“Una vez que experimentan esto y ven los beneficios que aporta, buscan vivir, sentir e ir mejorando cada vez más su estilo de vida”. 

Pablo Borgia

— Músico

*MINIBIO

Pablo Borgia nació en Villa Regina (Río Negro). Cuando tenía un año su familia se mudó a Zapala (Neuquén) y a sus 20 años regresó al Alto Valle de Río Negro. Lleva la música en la sangre, recuerda a su abuelo como “tanguero y bailarín”. Sabía tocar la armónica cromática y se decidió a estudiar Bandoneón en el 2002 cuando IUPA era INSA. Fue aprendiz en las clases del reconocido Orlando Tumini. Vivió en Buenos Aires y desde el 2012 eligió nuevamente el suelo patagónico para desarrollarse. En Roca formó su familia y vio nacer a su hijo. Es músico estable de FCP.

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