Cuad- ¿Cómo surgió tu obra Bufón?
Julieta Daga- Surge a raíz de que yo venía estudiando el lenguaje del Bufón, entrenándolo hace muchos años y tenía ganas de hacer un espectáculo. Es un lenguaje novedoso, no hay mucho documentado de espectáculos de bufón, no hay mucho escrito sobre la ética bufona. Me parece interesante investigarla desde un espectáculo para poder después empezar a documentar al respecto y crear nuestro propio lenguaje bufón argentino.
C- ¿Cómo lográs desde el escenario esos climas tan profundos?
JD- Está contemplado dentro del lenguaje buscar esos lugares que nos tocan, y que nos ponen en problemas. El bufón se mete en cosas que no se metería nadie y es un entrenamiento hacerlo de una manera tal que el espectador lo soporte y, lejos de espantarse, se ría. Y lejos de alejarse de ese personaje, lo quiera tener cerquita. Es filosófico, muy humanista. Todo ronda alrededor de la vida y la muerte, el goce, qué hacemos, cómo hacemos, por qué estamos donde estamos.
C- ¿Cómo surgió la escenografía?
JD- Los resultados de las malas decisiones políticas y sanitarias se ven reflejadas en los marginales, en las personas que no pueden acceder a una planificación de vida y desarrollo saludable. Esos marginales son lo que no queremos ver porque de alguna manera nos espejan la irresponsabilidad y la falta de contemplar al otro, son los bufones. Toda esa periferia son desechos. El bufón está construido escénicamente desde ahí. La estética es parte del discurso y el sentido. Construimos un traje y una escenografía con cosas que la gente tira. ¿Qué tira la gente? Colchones por ejemplo, lugares en donde se depositan los sueños, las sustancias, los fluidos, un montón de cosas que tienen que ver con el placer y de alguna manera un depósito. Decidimos construir un gran castillo hecho todo con colchones y retazos de tela. construyendo el mismo discurso del que hablo y planteo. También desde el vestuario, de escenografía como dispositivo.
“Lo que a mí me seduce del teatro es poder habilitar otras miradas. Busco abordarlo desde lugares más periféricos, más disidentes, que nos pongan en intención. Todo lo que trabajo elijo que sea por ahí”
Julieta Daga / Actriz de Córdoba
C- ¿Cómo se conecta el público con esta propuesta?
JD- Es personal, pero cada vez que doy un curso explota, y todos los que están ahí toman contacto con algo que necesitaban y no se daban cuenta. Recién vengo de terminar de dar un curso, y una de las alumnas exponía que no se había animado nunca en la vida a hacer lo que acababa de hacer, que nunca había disfrutado tanto de algo, y que era un antes y un después. Nos limitamos muchas veces, censuramos algunas cosas que están adentro nuestro y no las queremos o podemos ver, pero es urgente.
C- ¿Cómo atravesaste la pandemia como artista activa en el quehacer teatral?
JD- Fue muy duro, porque toda mi vida gira en torno al teatro. Vivo de esto, no tengo relación de dependencia casi. Tengo un par de horas cátedra en una escuela en Córdoba donde doy teatro, y no tengo nada más. El resto era todo lo que hacía mediante cursos, viajar y hacer funciones. Me desdibujé en el sentido de qué soy, no le hace falta a nadie lo que yo soy. Hice terapia. No sabía hacer otra cosa. Después concursé unas horas y gané unas horas cátedra en la universidad, y empecé a dar clases todo virtual. Y después transgredí: dicté cursos clandestinamente, hice funciones, todas esas cosas, pero siempre viendo si se habilitaba por ejemplo ir al shooping, con los mismos cuidados podía hacer una función cada 15 personas. En un lugar en donde estén dadas las mismas condiciones. El teatro es seguro. La gente está con el barbijo puesto, no hablan, no tiene que sacarse el barbijo para comer, estas una hora adentro y te vas. Entré en tensión muchísimo.
C- La pandemia puso en relevancia lo esencial de lo no. ¿Qué pasó con el arte?
JD- Se vivía diciendo que el arte no es esencial. Nos pasamos el aislamiento mirando series, viendo películas, leyendo libros y escuchando música. Eso es porque alguien lo hizo alguna vez, quedó registrado y pudimos recurrir a esos proyectos.
“Para mí el arte sí es esencial, lo más esencial. Es tocar el corazón, es reírnos, es llorar. ¿Para qué estamos en esta vida si no es para eso? Mirá si no somos esenciales los artistas”.
Julieta Daga / Actriz de Córdoba
C- ¿Cuál es tu mirada a nivel nacional en este porvenir pospandémico?
JD- Lo que pasó Córdoba apenas abrió el teatro es que se llenaron las salas. Los artistas explotaron y empezaron a estrenar todos los proyectos que habían quedado inconclusos. Explotó el teatro a nivel nacional. Se potenció un poco. No se si está lo suficientemente reflexionado. El teatro es para algunos sectores, está bien que así lo sea, así guarda ese carácter de artesanal, de joyita, que tienen las artes. No elitistas, sino que no son masivos. Son trabajos que requieren una detención, un trabajo artesanal. Que el público lo tenga y contemple como una necesidad esencial para abrir mundos y miradas posibles es responsabilidad de los artistas. Hacer un teatro que al público lo interpele, que lo ponga en problemas y lo conecte con el goce. No podemos pretender que el público se banque si nosotros no damos algo que lo conmueva, que lo mueva. Es responsabilidad de los artistas. No sé si hemos reflexionado lo suficiente como para hacer un teatro urgente, que patee el tablero.
*MINIBIO